
¿Cómo es posible que alguien mate a otra persona en un partido de fútbol?
La violencia en el fútbol es un tema que se ha debatido varias veces, sobre todo cuando sucede algún hecho en donde hay algún herido, detenido o hasta muerto. Este es algo que va más allá del deporte, es un problema social y la prensa no debería tratarlo solo cuando sucede, sino siempre.
Ya se sabe quienes son los culpables de todo lo que ha sucedido a través de la historia, los dirigentes, los jugadores, la policía, los “hinchas” por supuesto, la prensa entre varios que podemos nombrar, pero lo que se ha hecho poco es buscar una solución para este problema que no solo pasa en Ecuador, sino en todo el mundo, incluyendo países desarrollados como Inglaterra, que es de donde nacen los hooligans que es la versión europea de las barras bravas.
Estas son conocidas como barras bravas en Sudamérica llegan en los años 50 a nuestro continente, principalmente en Argentina y Brasil, de ahí se extendió por todos los países latinos hasta llegar al Ecuador. En el país aparecen en los años 90, y con la influencia argentina, pues las barras tomaron palabras argentinas, como aguante, trapos, correr y muchas otras.
¿Pero que se puede hacer contra este fenómeno?
Se ha tomado varias medidas para reducir la violencia en las canchas, se ha prohibido en algunos lugares la venta de bebidas alcohólicas, se pone cordones policiales en los estadios, mucho más control en los ingresos, en fin, algunas medidas de control para tratar de reducir la violencia en las gradas.
¿Pero cuándo la violencia no es en las gradas sino dentro de la cancha?
Es sorprendente como un deporte tan fabuloso y apasionado se manche por culpa de pocos. Las medidas que se deben tomar tienen que ser mucho más drásticas. La FIFA, principal organismo mundial de fútbol,l ha castigado en varias ocasiones a los clubes que se ven envueltos en algún acto de violencia, sin embargo estas sanciones deberían ser más severas y también tendrían que ver con los hinchas.
La suspensión de un estadio o la pérdida de puntos parece no ser suficiente castigo, los hinchas deben ser consientes, aunque si las sanciones fueran más graves estamos seguros que la violencia se redujera un poco.
En el año 2007 un equipo de Primera División de Argentina, disputaba un partido clave por la permanencia. El resultado fue una derrota y los hinchas ingresaron a la cancha, destruyeron su propio estadio, apedrearon y lanzaron objetos a la hinchada rival.
Muchas veces no es culpa del equipo, pero es la única forma de frenar esto, además con castigos por parte de la Ley más severos. Debe haber más control en el estadio y prohibir el ingreso de objetos que puedan poner en peligro a las personas. Los directivos de todos los equipos deberían promocionar la paz en los estadios y reprochar cuando suceda algún acto, para así tratar de frenar un poco este mal que afecta a toda la sociedad.
¡Volvamos a vivir el fútbol en paz!